Además de su valor cinematográfico, las películas rodadas en Almería nos proporcionan un valiosísimo banco de imágenes, en muchos casos irrepetibles, fijándonos la memoria de tantos y tantos lugares que han cambiado mucho con el paso del tiempo.
Almería capital, San José, Cabo de Gata, El Pozo de los Frailes |
Ante una realidad tan triste como la que presenta hoy en día el ruinoso Cortijo del Fraile, resulta un privilegio -y a la vez descorazonador- contemplarlo en un magnífico estado durante gran parte del metraje de 'La muerte tenía un precio' (1965).
El cine nos regala estampas maravillosas de pueblos con una rica e impecable arquitectura popular que hace casi medio siglo servían para recrear historias en lugares remotos. Polopos en 'Caza implacable' (1971), Lucainena de las Torres en 'Las pistolas no discuten' (1964), una incipiente San José en 'Por un puñado de dólares' (1964) o San Miguel de Cabo de Gata en 'El sabor de la venganza' (1963) son una mínima representación.
Las Negras en 'Los gallos de la madrugada' (1970) |
Estos videos nos recuerdan aquella Almería horizontal y aquellos pueblos y cortijos atrasados, de vida tan dura y difícil, pero capaces de albergar aventuras que transcurrían en medio mundo, con paisanos que acogieron con los brazos abiertos a las gentes del cine y fueron artífices, junto con nuestro paisaje y arquitectura, de aquella magia irrepetible del Hollywood europeo.