En las estribaciones de Sierra Alhamilla, muy cerca del actual Parque Oasys -antiguo poblado Minihollywood-, nos encontramos con los restos de un puente, en mitad del desierto, que a un senderista casual no dejaría de parecerle un monumento a la sin razón.
En el verano de 1970 Sergio Leone hizo construir un espectacular puente, entre dos caminos de tierra, para ser volado en el cuarto western que rodaba en Almería: 'Agáchate, maldito' (Giù la testa)
El lugar quedó olvidado hace cuarenta años, fuera de ruta, excepto para los incondicionales del director italiano que, desde cualquier lugar del mundo, peregrinan a este paraje 100% Leone para rememorar la acción en los puestos de ametralladoras desde los que James Coburn 'John H. Mallory' y Rod Steiger 'Juan Miranda' disparaban a una columna militar.
El único ojo del puente en pie ofrece al atardecer una fascinante visión de la luz de Almería, mientras que restos del rodaje aquí y allá confieren al puente Leone, aún con los cables para la detonación en el centro de la rambla, la magia de un set de rodaje anclado en el tiempo.
Pero este lugar ofrece más atractivos, puesto que ya en junio de 1965 Sergio Leone rodaba en estos caminos algunas escenas de 'La muerte tenía un precio' (Per qualche dollaro in più). Sólo unos metros más adelante, una montaña con una característica forma de "magdalena" sirvió para que Clint Eastwood 'Manco' y Lee Van Cleef 'Coronel Mortimer' se encontraran en un corte del terreno realizado intencionadamente para ese rodaje.
También Eli Wallach 'Tuco' pasaba por aquí en junio de 1966, siguiendo los pasos de Clint Eastwood 'Rubio', en la trama de 'El bueno, el feo y el malo' (Il buono, il brutto, il cattivo); de esto dejan testimonio los aficionados conservando restos de piedras en torno a un fuego que lo fue en la ficción. Eso mismo ocurre un par de curvas más arriba, donde el 'Hombre sin nombre' termina con varios miembros de la banda del Indio en 'La muerte tenía un precio'.
Los más de quinientos metros de altitud nos permiten una visión privilegiada del desierto de Tabernas, alejados de casi todo, con el llano de La Sartenilla a la derecha, comprendiendo por qué ese fue siempre un sitio especial para Sergio Leone y qué buscaba cuando en los momentos de tensión le decía a Juan Fernández, su chófer almeriense, "llévame a lo más alto".
Por desgracia, igual que ocurre desde hace tiempo en los granadinos llanos del Zenete con molinos de viento y paneles solares, el progreso también se abre paso por estos paisajes olvidados y unas modernas torres eléctricas impiden ya, desde hace unos meses, disfrutar de las extensas panorámicas que enamoraron a tantos directores y cinéfilos del mundo.
Completamos esta magnífica jornada con el recorrido desde Tabernas hasta el Cabezo del Águila, por la rambla Benavides, del que podéis ver el relato de otra visita anterior en este mismo blog.
No obstante, el espléndido paisaje dio para repetir tomas y para alguna sorpresa más.
Os dejamos con estos dos videos
Día completo: Cabeza del Águila, Turrillas, puente Leone
Cabeza del Águila