Érase una vez una tierra de cine llamada Almería, con una luz única en el mundo, conocida en la década dorada de los sesenta como el Hollywood europeo. Un terrible mal azota desde siempre a sus gentes...la DESIDIA...y contagia especialmente a todos los políticos locales, que tendrían que demostrar entre sus obligaciones la de proteger nuestro entorno y nuestro patrimonio cultural para el disfrute propio y para venderlo al mundo.
En la parte alta de la rambla de Belén, muy cerca de una casa señorial que John Milius convirtió en la suntuosa Villa Pedecaris para El viento y el león (1975) y cuyo estado actual nos provoca vergüenza,
lindando con La Molineta, un paraje natural de gran valor medioambiental y etnográfico, existen unas cuevas que fueron refugio en la guerra civil, conocidas como Cuevas de Roque o del Polvorín.
El cine se fijó en este lugar en los años setenta, y hasta hace escasos años ha alternado la magia del cine con el más absoluto abandono por parte de sus propietarios y de nuestros gobernantes.
Conocidas en todo el mundo como 'las cuevas de Conan', tuvieron una prolífica relación con el séptimo arte, con títulos como Doomsday gun (1994), Tex e il signori degli abissi (1985) o Sol rojo (1971),
El tesoro de Manitú (2001), Hundra (1983), Straight to hell (1987), Los guerreros del sol (1986) o Conan el bárbaro (1982) - VER VIDEO -, y aún más títulos, como El justiciero ciego (1971), Los cuatro de Fort Apache (1972) o La justicia de los forajidos (1999).
Las movilizaciones de la plataforma 'Salvemos la Molineta', en contra del PGOU que minimiza el futuro Parque Periurbano de la Molineta, perdiendo los vecinos claramente la batalla contra la urbanización de la zona, se vieron de pronto sorprendidas por una agresión salvaje a las cuevas. Una supuesta licencia de obras para consolidar las cornisas se convertía en vía libre para la destrucción total del entorno.
En cuestión de días, dos excavadoras terminaron con el arco que vimos en tantas películas, ante la impotencia de los vecinos y el mutismo absoluto de las administraciones públicas.
El colectivo vecinal está totalmente abandonado ante esta barbarie, sin ninguna respuesta de un Ayuntamiento que paradójicamente se ha convertido desde hace poco tiempo en ostentoso abanderado de una "Almería de Cine".
Alain Delon, Arnold Schwarzenegger, James Earl Jones, John Milius, Giuliano Gemma, Jason Patric, Michael Herbig, Terence Young, Duccio Tessari...
Cualquier lugar del mundo habría hecho de las cuevas hace años un lugar de peregrinaje para aficionados de Conan, con la recreación de sus decorados, o un centro de interpretación dedicado al cine.
Y no sólo 'Conan el bárbaro', pues como nos cuenta Plácido Martínez, ayudante de producción en 'Los guerreros del sol' (Alan Johnson, 1986), "durante muchos meses construimos un pueblo en el interior de la cueva, incluido un lago,escalinatas, pasarelas, casas cueva, talleres de cerámica, lanas y mucho más, concluyendo el mejor decorado que nunca se haya construido en la cueva".
Decorados en el interior de la cueva, para 'Los guerreros del sol' |
El daño parece ya irremediable. Almería sigue dejando perder su patrimonio histórico cinematográfico.
Contamos con una Casa del Cine, con importante promoción, pero no se dan cuenta de que la casa carece del 'alma' que los almerienses hemos dejado perder: los recuerdos del cine, de los que vinieron y de los almerienses que participaron en ese fenómeno sociocultural del siglo pasado.
Hoy asistimos a la ruina del cortijo Góngora, a la ruina del cortijo del Fraile y, si nadie para estos desmontes, a la desaparición total del entorno de las cuevas de Conan.
Gracias a Juan Jesús, Plácido y Cristina, por su colaboración en la realización de este artículo, y a la Plataforma
Salvemos la Molineta por su entrega incansable.
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